2.24.2011

Mis pezones abrochados

El gesto de ponerme broches de la ropa en mis pezones para sentir dolor. Dolor en
los pezones. Revisitar un lugar de la memoria.
Niños succionadores me los mamaban a toda hora. Sumisa incondicional de dioses
verdaderos. Dolían de verdad mientras sangraban inexpertos en la boca sabia de mi primera niña-Ama.
Templos míos, ahora vacíos y silenciosos, ofrendados a falsos dioses que me exigen, ávidos e insaciables, quejidos de goce.

2 comentarios:

GLADYS dijo...

Adela: relaciono ese preciso 'lugar de la memoria' que evocaste con lo que dice Ivonne Bordelois sobre el origen de la palabra "amor": dentro del grupo indoeuropeo, las lenguas nórdicas y las meridionales exhiben diversas consonantes para nombrar al amor... tanto en el caso de la M de amor de las lenguas romances, meridionales, como en el caso de la L de las lenguas germánicas, septentrionales... las onomatopeyas reproduden los gestos de la boca y de la lengua. Estos gestos, en ambos casos, se refieren, reproducen y apuntan al acercamiento al pezón y el lamer o paladear propios del amamantamiento. El acontecer del amor se centra fundamentalmente, desde el punto de vista del racimo de raíces indoeuropeas, en la relación recíproca de madre y criatura... el lenguaje prefiere denominar amor a esta relación verdaderamente indisoluble.
(de su libro "Etimología de las pasiones", BA 2006

Alejandra Bracco dijo...

Nostálgico relato k me retrotrajo a en primera instancia a Sacher-Masoch.
—Ya le he dicho a usted y la he repetido que el dolor posee para mí un encanto raro,
y que nada enciende más mi pasión que la tiranía, la crueldad […]
Los golpes llovían, vigorosos, sobre mi espalda y brazos, cortando mis carnes, en
que dejaban una sensación de quemadura; pero el sufrimiento me transportaba porque
provenía de ella, de la adorada, de aquella por quien estaba dispuesto en todo momento a
entregar mi vida.
mis respetos.